Capítulo IV: Estadía Italiana


Con una irremediable lucidez, llego al Italiano. Pasan las horas, la bata blanca ya se hizo piel. Sin embargo, una cara conocida entre tanto vértigo sanitario: la madre de un compañero de primaria. Como todo el/la que termino la escuela secundaria sabe, las charlas entre amiguito-del-nene-que-hace-mucho-que-no-viene-a-casa y madre-de-amigo-buena-onda recaen en algunos clichés, obvios para nombrarlos. No fueron pasados de largo, pero la historia reciente urgía. "Este pais cada vez esta peor", y pregunta obligada por mi madre, cosa que tambien me preguntaba yo. Anécdota graciosa y agridulce: mi madre se terminó enterando de mi translado por esta enfermera de cara familiar.
Hasta que no llegó mi vieja, cero papeleo, cero translado a la habitación, cero comida (porque si, estómago cerrado y todo, te da hambre). Media hora y ya estaba en el tercer piso, compartiendo habitación con un loco que estaba a hora y media de que le den el alta (suertudo), y que me dejó como 5 horas de crédito en el televisor (suertudo). y como en un reality show, puedo acordarme (no sé si con lujo de detalles, pero buoh) el dia a dia de los cinco que estuve internado, empezando un miercoles.

DÍA UNO

La inexperiencia del suero, y de tener una cánula en tu costado, trajeron bastaaantes momentos jodidos (encima, soy más tosco que Marley enyesado), pero tenia ciertos momentos copados cuando me visitaron mis amigos, bastante preocupados por un lado, y algo tranquilos, mientras les contaba como fue la bola. Y para matar el tiempo, las peleas de Intrusos, que le vamos a hacer. Es eso o una inyección antitetánica en donde el sol no alumbra (o las dos cosas).

DÍA DOS

A todo esto, estaba fresquito, y el cambiazo de estar abrigado con una remera larga, una campera de hilo y otra de algodon, a estar con una remera corta y unas sabanas que no te abrigaban nada (párrafo aparte para las camas: media pila, deben tener como 30 años, y al que tenia que acomodar la cama de turno, le costaba un poco bastante). Resultado: tos, tos, y mas tos. Lagrimones, lagrimones y más lagrimones. Pero me trajeron el celular, y pude abstraerme con Justice y Mgmt un rato. Vinieron mis amigos, y luego cayo mi viejo a la noche, y fue una reunion familiar un poco.. poco feliz, podria decirse. Y aprovechando el celular con radio, me dispuse a escuchar el programa radial que seguia entonces (aquel que, ya recuperado, iria a saludar), interactuando con los conductores y todo, pero sin dar indicios de estar e esa situacion. Me acuerdo de haber deslizado un "¿Te gustan los hombres en camilla?" a una ocasional visita del programa.

DÍA TRES

El hombro derecho ya me dolía, pero cayeron amigos de la secundaria y de la facultad a saludarme. Ya de trasnoche, despues de comidas de hospital (muy ricas, por cierto) y numerosos análisis, vi este video en el BitBox (canal del que ya nadie se acuerda que existió; de todas maneras, yo no quería música en mi idioma), y llore como nena, no me da cosa admitirlo

DÍA CUATRO

Ya podia moverme un poco y caminar por el pasillo para no ser un tedioso paciente de cama. Una internada de unas habitaciones cerca me miraba entre asombrada y timida. Habrá tenido mi edad. Le hacia gestos para que salga un rato al pasillo y hablar un rato. Nunca salio. Aparentaba estar sana, pero (enfermeras mediante) me enteré que tenia un caso de anorexia grave en recuperación. Siguiendo con el cronograma social, tuve un nuevo compañero de cuarto, un señor grande sin extremidades por la diabetes. Sus familiares no lo visitaban. Agradecí mi situación, y mi vieja lo ayudaba en algunas cosas. A todo esto, tocaba Arbol y me comi la bronca de no haber ido, aun con entrada, la que les di a mis amigos para que la hagan plata, obvio. Y despues, ya mejor, quemarla con ellos, obvio.

DÍA CINCO

Me entero que me van a dar el alta. Copado. Pequeño detalle: quítenme todos los tubos. Segun mi madre, terminé amarillo de tantos dias de internación
(?). Saludos a los doctores y enfermeros, y al eventual compañero de habitación. Que le dejamos poco crédito en la televisión, pero es algo. Era mediodia, y el sol pegaba lindo. De ahi en adelante, el cuerpo se acomodaría. Mi cabeza, puntos suspensivos. Mi confianza murió con el que supe ser hasta ese entonces.

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AKA